ZETA LEYENDAS GUATEMALTECAS

Para terminar este mes no podemos dejarlo pasar sin contarle sobre las leyendas Guatemaltecas más escalofriantes, prepara el cafecito con pan y anímate a leer las Zeta Leyendas.

Cuéntanos en los comentarios cuál fue la leyenda que más te provocó miedo.

LA LLORONA:
Una de las leyendas más popular en las calles de Guatemala que asusta a cualquier persona y advierte las andadas de noche por calles con ríos cerca. Esta leyenda cuenta la agonía de María de Los Remedio, una mujer elegante y hermosa.

Fue casada a la fuerza con un rico y próspero comerciante, don Gracián Palma de Montes de Oca, celebraron su boda a lo grande, posteriormente luego de casarse vivió en una gran casa, aislada y refugiándose en su jardín lleno de flores.

María asistía a la iglesia cada mañana y percibía la mirada de admiración que le daba Juan de la Cruz, un fontanero de clase baja. Halagada por esos ojos almendrados que la hacían suspirar, le daban la esperanza en el amor que le había robado el casarse contra su voluntad.

Un tenebroso día de Noviembre, la casa de María requería los servicios de un fontanero. El primer lampista que llegó no encontró el problema así que recurrieron a los servicios de Juan de la Cruz, con gran alegría llegó a casa de María.

El fontanero fingió no encontrar el problema tan rápido como lo había hecho, así que pasó varios días llegando a casa de María fingiendo trabajar. Al pasar unos días, Juan confesó saber que ocurría y trabajó en arreglarlo.

María lo invitó a pasar para platicar, en ausencia de su esposo María seguía encontrándose a escondidas con Juan.

¡Un arranque de amor provocó que esta leyenda quedará escrita por los años!

Una noche, el amor impulsó a Juan y se deslizó por la ventana del cuarto de la muchacha. Se confesaron su amor hasta impregnarse en la piel el latido de sus corazones hasta el amanecer.

Al pasar unos días, María inició con fuertes dolores de cabeza y náuseas, Juan llevó una curandera del pueblo y les dijo que María estaba embarazada. Atormentada y asustada por cómo actuaría su esposo, se escondió de todos incluyendo a Juan de la Cruz, y una fiel sirvienta fue quien atendió el parto.

La noticia que más temía llegó a oídos de María; su esposo estaba por llegar a casa. María con miedo comenzó a correr hasta llegar a un río, donde la luz de la luna y el silencio de la noche fueron testigos que ella sumergió al bebé en las aguas frías del río.

Arrullado por el silencio de la noche, el bebé soltó el último suspiro bajo el agua y la última burbuja de agua anunció su muerte. En el instante el esbelto y espigado cuerpo de María se transformó por completo, su rostro se desfiguró y la belleza que todos le atribuían se había ido con el acto cometido.

Quedó condenada a andar con la pena de haber perdido a su hijo en las frías aguas y soltó un grito escalofriante
”¡Aaaaay mi hijoooooooo!”.

Cuidado porque si la escuchas lejos anda cerca y si el grito es a distancia larga, aún tienes tiempo de correr antes que llegue a tu alrededor.

EL SOMBRERÓN:
Mide la altura de un dedo de la mano, por ello algunos consideran que es un duende y algunos lo conocen con el nombre tzitzimite o tzipitío. Esta es una de las leyendas de Guatemala que parece que trata de una historia romántica, pero muy pronto te darás cuenta que no es así.

Enamora a las muchachas hasta que se enferman y poco a poco se van muriendo; afirman que el Sombrerón llega a llorar lágrimas de cristal al entierro y a la tumba todos los días. Les roba el sueño con las serenatas que les da en la noche, ni las deja comer porque le coloca tierra a la comida de las pobres muchachas.

Así anda El Sombrerón, llevando cantos nocturnos para enamorar a las muchachas que no las deja ni a sol ni sombra hasta enamorarlas.

El Sombrerón viste de negro y marca su paso con botas de tacón, un sombrero de ala grande, un cincho grueso y brillante, va con su guitarra para envolver a las patojas. Siempre anda con sus cuatro mulas buscando de quién enamorarse.

Juega con los caballos; les hace trenzas y nudos en el pelo, los hace correr en la noche para cansarlos, se vuelven ariscos y no dejan que se les acerquen.

¡Cuidado! Si lo escuchas cantar o pasar, no dejes que te atrape y mantente firme al ignorar sus serenatas.

EL CADEJO:
Protector de los hombres ebrios que divagan muy de noche; anda distante e inquieto hasta que el protegido llegue a casa, aun así la historia mencione que es un espíritu protector se debe tener cuidado, porque si este te llega a lamer la boca, seguramente te llevará al infierno.

No lo podrás ver, pero se siente el espíritu y si deja que el cadejo lama su mano, puede que la persona nunca deje el alcohol hasta llegar a su muerte.

LA TATUANA:
Era una mujer conocedora de la magia negra y usando la misma,  atraía a los hombres, por ello se le acusó de bruja.

Cuando fue acusada y aprisionada por ser bruja, pidió que le llevarán un trozo de carbón, unas rosas blancas y velas.
En la pared dibujó con el carbón un barco gigante y con los demás objetos que pidió se considera que invocó algún demonio para que la ayudará a escapar en el barco que había dibujado.

Al llegar el día de su muerte, se encontraron con la sorpresa que la celda donde estaba ella estaba vacía. Cuenta la leyenda que La Tatuana está condenada a navegar en su barco de punta a punta sin poder descansar.

EL DUENDE:
Siempre en busca de la manera para molestar a las personas y así puedan adueñarse de su alma o para que dejen de habitar la casa.

Los duendes se la pasan molestando a las personas, tomando las cosas y las esconden o cambian de lugar. También cuenta la leyenda que anda detrás de los niños y de las jovencitas que buscan adueñarse de sus almas y los atormentan con crueles juegos.

A los niños se los llevan lejos y tratan de perderlos, para que nadie pueda encontrarlos.
Luego de jugar con ellos por un momento le atrapan su alma.

Dice la leyenda que estos chiquitines eran angelitos, pero fueron desterrados porque mantenían la codicia y la envidia viva en ellos, por ello fueron sacudidos del reino de los cielos.

LEYENDA DE LA LAGUNA DE MAGDALENA:

Esta laguna se encuentra en Chiantla, en el departamento de Huehuetenango y se considera una de las maravillas naturales del país.

Cuentan que Magdalena, una de las hijas de una familia que deambulaba por los alrededores para encontrar agua y poder sobrevivir al diario vivir, era la encargada de ir a recoger el agua al pozo; que estaba formado por varios riachuelos de agua cristalina.

Un día Magdalena fue a traer agua y ya no regresó, la familia buscaba y buscaba y nunca la encontraron.

Se dice que el manantial de donde ella agarraba agua, desapareció y se convirtió en la laguna, ahora cuentan que cuando la niebla es espesa se logra ver a la muchacha que desapareció.

A raíz de esta mística leyenda no está permitido bañarse en esa laguna.

EL MICO BRUJO:
Cuenta la leyenda que el Mico brujo es una mujer de baja estatura con ojos anaranjados, cubierta de pelos y sus brazos, manos y pies alargados. Se desprende de ella un grito aterrador que te pone los pelos de punta y anda de techo en techo y escalando las ramas de los árbol.

Cuentan las voces viejas que a las once de la noche las mujeres salían con un guacal blanco y daban tres vueltas hacía atrás y tres para adelante y en la última vuelta ellas vomitaban el alma en el guacal blanco.

Luego de haber hecho eso, ya pueden convertirse en monos que salen hacer travesuras.

Esta leyenda cuenta que son mujeres despechadas que buscan vengarse de los hombres que les hicieron daño y abandonaron; se trepan a las casas y meten a ellas para robar frutas y desde el tejado tiran piedras y cosas a las personas que vayan pasando. Hay quienes han querido atraparlas pero dicen que cuando ya están seguros de tener en la mano para matarles o encerrar, se esfuman como un hechizo.

¡Eso fue todo! ¿Tú que crees? Cuéntanos en los comentarios que te pareció y cual fue tu leyenda favorita.